08 junio, 2014

Impresión 3D

¿Qué es una impresora 3D?

Son impresoras capaces de crear objetos con volumen a partir de un modelo 3D diseñado o capturado por ordenador. A partir del modelo tridimensional, la impresora va añadiendo finas capas de material plástico, resinas u otros materiales, hasta generar el objeto con volumen.

El concepto es sencillo y al mismo tiempo es una gran revolución. Hay ciertas ideas que no son grandes por su significado sino por el enorme potencial que albergan. Desde cualquier rincón del mundo se puede escanear una persona u objeto, diseñar desde una pieza que necesitamos a una solución completa. Cualquiera que posea una impresora 3D podrá hacerlo realidad.

Nos enfrentamos a un nuevo concepto, quizás a la tercera revolución industrial. Lejos de la actual necesidad de rentabilizar grandes tiradas de productos iguales, poder imprimir el producto en el punto final, sin límite de personalización, reduce costes y convierte a los usuarios en la mayor fábrica distribuida del mundo.

Aplicaciones increíbles:

En internet ya hay bancos de diseños 3D para “imprimir” tazas, cubiertos, pequeños juguetes, lámparas, zapatos e infinidad de objetos de uso cotidiano. El material más utilizado está siendo el plástico tipo “LEGO”, por su resistencia, facilidad para trabajarlo y pintarlo. Además se puede reciclar y reutilizar. Este plástico se denomina ABS pero no es único, cada vez se experimenta con una mayor variedad de materiales.

Solo es la punta del iceberg de las impresoras 3D. Las posibilidades son enormes porque la imaginación es ilimitada. Las noticias en los medios digitales ya se suceden con titulares precedidos de la palabra “Increíble”:

Se “imprimen” prótesis y exoesqueletos para discapacitados. Un estadounidense de 53 años, ha cambiado la prótesis de su mano izquierda que le costó más de 30.000 euros por otra más sencilla de plástico creada por una impresora 3D por un coste de sólo 36 euros y que funciona mejor que la anterior. El único inconveniente es el material plástico por ser más frágil. La ventaja es que puede mejorarla y volverla a imprimir siempre que lo necesite, por un coste muy reducido.

Una paciente holandesa se ha convertido en la primera persona en el mundo a la que se le ha sustituido el cráneo completo por una prótesis plástica obtenida a partir de una impresión en 3D. Al ser un modelo exacto, la adaptación ha sido perfecta. Ya se puede replicar un lado de la cara, o la mandíbula, así como otras partes de la anatomía. La nueva técnica está revolucionando el mundo de la cirugía reconstructiva.

La combinación de cámaras y escaners 3D con impresoras 3D nos abre infinidad de posibilidades. Partiendo de fotografías tridimensionales podemos replicar los monumentos más representativos. Cualquier tipo de pieza en casa o las piezas más difíciles de conseguir para coches antiguos. O replicarte a ti mismo convertido en un “ Mini-Yo” de unos 20 cmts.

En el siguiente artículo podéis ver su funcionanmiento... aunque por ahora son un poco prohibitivas (unos 1300€ la más barata), pero existen alternavivas y/o cursos para montártela tú mismo y que te cueste mucho menos... como es el caso de la empresa granadina Createc 3D  donde apuntándose a un curso que ofrecen en sus instalaciones te puedes montar tu propia impresora 3D por unos 800€ (modelo  Reprap Prusa i3, que está bajo licencia GPL)



El siguiente objetivo de la impresión 3D: las casas

Impresión 3D no quiere decir plástico. Son muchas las empresas y científicos que buscan innovar con esta tecnología con tanto potencial y uno de los campos más importantes es el material de fabricación. Disney ha cambiado el plástico por la lana y Mondelez (Oreo) por el azúcar.

Está claro que a medida que los materiales se vayan adaptando se mejorarán las posibilidades de esta tecnología. Siguiendo esta idea un constructor de Minessota pensó que si podía transformar el cemento en filamentos, podría construir una casa con una impresora 3D. El objetivo de Andrey Rudenko, el constructor de Minnesota, no es hacer casas más rápido, si no hacerlas más seguras y de manera más eficiente.

“Construir una casa barata en 24 horas no es mi objetivo. Mi enfoque actual es construir casas pequeñas o medianas aisladas correctamente con un diseño contemporáneo y en su sitio. Como un constructor experimentado se que para evitar problemas en el futuro, es más importante producir casas con alta calidad, que pueden llevar más tiempo en su construcción que las baratas que se construyen rápidamente. Sería más beneficioso imprimir una casa completa, incluyendo las escaleras, chimeneas, algunos muebles (como la isla de la cocina, etc), columnas, paredes interiores, cableado, plomería y todo ello encajado en una pared impresa“

En este sentido Rudenko se enfrenta a grandes desafíos, principalmente los legales, ya que es necesario conseguir un permiso muy especial para construir una casa con una impresora 3D.
Una impresora 3D de este estilo utilizaría una filamentos creados a partir de una mezcla de cemento y arena. Para que funcione adecuadamente es necesario encontrar el modo adecuado para que el cemento, con su alta viscosidad pase adecuadamente a través del cabezal de la impresora.
A medida que el proyecto evolucione, Rudenko quiere llegar a imprimir una casa de dos pisos y que esta tenga “un ahorro de energía y un diseño contemporáneo“.


Pero Rudenko no ha sido el único visionario, Ma Yihe un constructor chino comprendió que el sector de la construcción en China es completamente insostenible “porque desperdicia infinidad de recursos y destroza el Medio Ambiente”.  Así se planteo el siguiente objetivo, encontrar “un sistema que responda a cuatro cuestiones clave: tecnología digital, materiales reciclados, menos obra de mano y menos tiempo de construcción”.

Llegó al mismo punto que el constructor de Minnesota, necesitaba una impresora 3D. Su empresa Winsun New Materials ha desarrollado una impresora 3D de 150 metros de largo, 10 de ancho, y 6,6 metros de alto. Con ella ha impreso diez casas en un solo día. La máquina emplea una tinta creada con escombros y desechos industriales que se controla con un programa informático y que resulta más ligera que el hormigón.

Llegó al mismo punto que el constructor de Minnesota, necesitaba una impresora 3D. Su empresa Winsun New Materials ha desarrollado una impresora 3D de 150 metros de largo, 10 de ancho, y 6,6 metros de alto. Con ella ha impreso diez casas en un solo día. La máquina emplea una tinta creada con escombros y desechos industriales que se controla con un programa informático y que resulta más ligera que el hormigón.

“Es solo un avance de lo que podemos conseguir con esta tecnología, para la que creemos que no hay límites. Podríamos incluso erigir un rascacielos y sería seguro porque reforzamos el material con fibra de vidrio para que sea extremadamente sólido a la vez que flexible”, afirma el empresario.


Ambos proyectos, el americano y el chino, confluyen en la impresión 3D pero la diferencia es que mientras Rudenko busca la calidad y la seguridad, Yihe tiene como objetivo conseguir ahorro y aprovechamiento de los recursos.

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